A veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene elegir un calzado adecuado para los peques y nos guiamos fundamentalmente porque nos guste el estilo o no. Muchas veces compramos calzado que usaríamos nosotros si estuviera en nuestra talla pero nos olvidamos que los peques no somos nosotros. Ellos corren, saltan, se tiran por el suelo, juegan... algunas sandalias, por monísimas que sean, no son para ir a jugar al parque.

La primera vez que le compré sandalias para el verano a Adri la cosa no tenía mucho misterio, tenía solo 8 meses y empezaba a retozar por el suelo pero no andaba, así que cualquiera sin suela le hacía el papel. Al año siguiente, sobre el año y medio, nos tocó mirar mucho antes de comprar sandalias. Y, como era de esperar, nos equivocamos. Es lo que tiene ser padre novato...

Yo buscaba algo de calidad, con el interior en piel. El exterior me daba más igual, la verdad, lo que me importa es lo que va a estar en contacto con la piel de mi hijo y que le mime el pie lo más posible, dentro de lo que cabe. También tenía que ser resistente por esto de que los niños son niños y destrozan el calzado a los 10 minutos de llevarlo puesto. Mucho quería...

Después de mirar bastante encontré dos modelos que nos gustaban y le encajaban bien. Una tenía los dedos al aire y las otras eran cerradas. Cogimos las dos por tener un quita y un pon. A los pocos días tuvimos la evidencia de que nos habíamos equivocado: Fuimos a pasar el día a la piscina y le puse a mi hijo las sandalias abiertas por delante. Empezó a jugar y a corretear y a lo que fue a subir un bordillo se le atascó la sandalia, se dio un buen golpe en el pie y de paso se pegó el tozolón. A sabiendas de que seguramente solo llevaba el golpe al día siguiente tuvimos que ir a que lo vieran porque el crío cojeaba bastante. No llevaba nada, pero había que descartar.

Me quedó claro que se habían acabado las sandalias abiertas mientras fueran pequeños. Que hay modelos que son monísimos pero no para el trote diario. Desde ese día todo lo que compro es cerrado por delante y la verdad es que los peques van comodísimos. No tienen que disminuir sus actividades y sus pies no corren peligro alguno.

Sí que es cierto que para niña me ha costado más encontrar modelos así porque casi todo es divino y lleva dos tiras y media. No le acabo de ver yo cómo puede agarrar un pie eso, pero bueno. Todo es una cuestión de perspectivas y de opiniones. Si me preguntan a mí diré que prefiero sacrificar la estética a la comodidad y funcionalidad y sobre todo a la integridad física de mis cachorros.

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