Me suelo quejar mucho en las redes sociales de lo que discuten mis hijos por todo y por nada pero creo que nunca había escrito nada sobre el tema, ¿verdad? Pues bueno, yo creo que ya va siendo hora de un momento de desahogo a lo grande sobre las peleas entre hermanos.

Bueno, vamos a empezar por el principio y vamos a preguntarnos qué es necesario para que se den estas peleas. La respuesta es obvia: que al menos haya dos peques en casa. Cuando se tiene solo uno, por norma, no se pelea con su sombra, pero cuando hay dos o más lo normal es que se peleen. Vamos, a mí lo que me extrañaría es que todo fuera "paz y amor y el plus pal salón".

¿Qué motivos hay para que se peleen? La respuesta es la más amplia del mundo: Se pelean por todos los motivos, en general y por ningún motivo en particular. Y esto se resume en que cualquier circunstancia es susceptible de acabar en una batalla campal y no es necesario que sea un tema de vital importancia.

Por ejemplo:

Pueden discutir por querer lo mismo en un momento dado. Cada uno va a lo suyo pero de pronto se cruzan en el pasillo y uno ve que el otro lleva una pelota. Esa pelota se convertirá en un objeto de deseo tan fuerte para ambos al grito de "ES MIAAAAAAA", "NO, ES MIAAAAAAA", que Gollum quedará como un angelito a su lado.

Pueden discutir por una invasión del espacio vital tan sutil como "mamá, me ha rozado el brazo al pasarrrrrrr". Esto para ellos es una agresión física y una provocación y, por supuesto, tiene que continuar el combate. Cualquier lugar es bueno para que haga de ring improvisado.

Por acabarse lo que sea de beber o comer y que no quede ni gota para el otro. En esta familia es habitual que llevando en el bolso 2 botellas de agua cuando queda ya poca a los dos les entra una sed... puffff qué sed... y ahora intenta que cada uno de un sorbito y pase la dichosa botellita por turnos hasta que no quede agua. 

- Jooooo, él ha bebido más, y yo tengo más sed.

Los piques verbales. Todo un mundo en sí mismo... cualquier frase es susceptible de burla por una parte u otra, de recochineo y, por supuesto, insultos.

- ¡¡Eres un "tontolaba"!!!

- ¡¡Y tú una mierda de culo!!

- Tú más

- ¡No! ¡Tú!

- TÚÚÚÚ

- MAMÁÁÁÁÁÁ, me ha dicho que soy...

¿Qué hago yo? Pues la verdad es que procuro no meterme porque prefiero que resuelvan ellos sus conflictos. Las charlas las dejo para después, cuando ya están tranquilos y se puede dialogar con ellos. Solo intervengo cuando veo que la sangre llega al río o llevan tantísimo rato riñendo que ya me han desquiciado a mí. Mis intervenciones suelen ser rápidas y les coge tan de sopetón que no hay lugar a protestas ni leches. Uno a un cuarto y la otra a otro a la voz de:

- Si no sabéis estar juntos pues tendréis que estar separados.

No les dura mucho el cabreo. Cuando se han relajado por separado lo habitual es que vengan a pedir perdón, a hablar un poco y a jurar por Snoopy por Lady Bug (que es lo que se lleva ahora) que nunca jamás en la vida se van a volver a pelear. JAAAAAAAAAA

Yo voy a reconocer que llevo especialmente mal esas peleas en el coche porque en un espacio tan reducido primero me ponen nerviosa, luego me dan dolor de cabeza y al final acabo de una mala leche... porque entre la voz de pito de una y los berridos del otro mis palabras se pierden. Señor, dame paciencia.

¿Pero sabéis qué? Que después de las peleas vienen las reconciliaciones, los besos, los abrazos, los "te quiero". Y yo me derrito. Los hermanos se pelean, es un hecho, pero se quieren, no saben vivir sin el otro y ponen emoción y nervio a esto de ser madre.

¿Vuestros hijos por qué motivos se pelean?

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