El pecho: el cordón umbilical tras el nacimiento

Durante nueve meses tenemos en nuestro vientre a nuestro bebé. Lo porteamos con orgullo, le damos cobijo, calor, alimento y amor. No hay necesidad de cortar este vínculo tras el nacimiento, a mi modo de ver, claro está.

Es de sobras sabido que el ser humano es de los mamíferos más indefensos al nacer, y por eso es necesario continuar con una gestación diferente tras el alumbramiento. Mientras ha estado dentro del vientre materno el cordón umbilical ha unido a la mamá y al bebé y ha recibido todo lo necesario durante nueve meses, pero necesita más ayuda para continuar su crecimiento y desarrollo ya que nace inmaduro e indefenso. Yo creo que el pecho es la continuación perfecta de ese cordón según mi entender.

Cuando se coge a un bebé para amamantarlo vuelves a crear esa burbuja que le hacía sentirse tan bien mientras estaba dentro de ti, lo abrazas y lo envuelves y volvéis a ser una única persona, pero esta vez el nexo es el pecho. El bebé se siente protegido, acunado, recibe el calor que emana del cuerpo de mamá, todo el amor del mundo y su alimento necesario, que por cierto es el mejor que puede existir. El bebé se sigue desarrollando en la nueva burbuja, que son los brazos y el pecho de mami, y que durante muchos meses más seguirá necesitando.

Está claro que el pecho no es sólo alimento. Para mi es una experiencia inigualable. Me encanta ese hechizo mágico que se crea y que hace que sólo existamos los dos y que el resto del mundo se difumine. El poder mirarle a los ojos y saber que sigue siendo una parte de mi, y que nos necesitamos mutuamente.

Pequeñas personitas

Madre loca e inquieta a la que le encanta escribir y compartir las experiencias y vivencias que me ha traído este desbordante mundo de la maternidad. Mi máxima: EL HUMOR. Porque con humor se vive y se aprende mejor.

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