Cuando alguien abre un blog puede ser que lo haga con un objetivo claro de darle una notoriedad y hay otras personas que lo hacen sin pretender una meta concreta. Yo siempre recordaré el primer comentario que me dejaron en este blog y el susto que me pegué. Hostias, tú, que resulta que hay gente que te lee. Es obvio que mis pretensiones eran muy simplonas.
Va pasando el tiempo e, independientemente del objetivo con el que se creara un blog, creo que la mayoría de las que escribimos en uno llegamos a tres tipos básicos de lectores: lectores en general (a los que adoramos por estar ahí), los trolls y las viejas del visillo.
Cuando yo entro a los blogs puede ser por un titular que me ha llamado la atención, algunos es porque me gusta leerlos desde años (por amistad, porque me interesan los temas, por información general...). Vamos, por el motivo que sea. Puedo leer un post y estar de acuerdo o no estar de acuerdo. A veces comentaré y otras no (la mayoría de las veces), por falta de tiempo. Y pido perdón porque conozco la importancia de comentar.
Es cierto que tendemos a comentar más cuando no estamos de acuerdo con el tema sobre el que se escribe pero no lo veo como algo negativo. A mi me parece que hasta puede resultar enriquecedor que me den un punto de vista distinto que a lo mejor no he tenido en cuenta. O a lo mejor sí lo he tenido en cuenta pero empezamos un minidebate con argumentillos que van surgiendo. Hay veces que me han puesto un correo o me han puesto un mensaje privado en la página de facebook si no han querido dejar un comentario público. Oye, pues me parece genial, lo agradezco mil y lo digo de corazón. Me encanta poder hablar con quienes me leen e intercambiar puntos de vista, que no todos tenemos que tener el mismo.
Fuente: El vortex |
Llega un momento (unos blogs lo sufren antes que otros) en el que aparecen los trolls. Los trolls son esos especímenes que, amparados en el anonimato porque son demasiado cobardes para dejar un comentario identificando un perfil, dejan comentarios bastante exaltados que a veces hay que descifrar por la cantidad de incoherencias que suele tener. Es lo que tienen los trolls, que lo de escribir con coherencia y pensar al mismo tiempo... ufff les cuesta.
La máxima suele ser "don´t feed the trolls" o lo que viene a ser un "no le des cuerda porque es lo que andan buscando". Hay dos opciones: o eliminas los comentarios o pasas de contestarlos. Al final se cansan de ser ignorados y la verdad es que ponerse a su mismo nivel intelectual es agotador...
Y luego está el último tipo de lectores que son las viejas del visillo. Son personas que no es que les guste leerte porque les aportes nada o porque haya feeling ni nada parecido. Las viejas del visillo son aquellas que leen a ver qué información y qué cotilleos pueden sacar y cuando encuentran algo que les parece jugoso corren a contarlo al patio de vecinas. Cada una el suyo, claro está. Podrá ser twitter, facebook, whatsapp o el que sea.
Normalmente no sabemos que las viejas del visillo están ahí hasta que las vemos. Llegas un día a revisar los 500 avisos de mails, notificaciones personales, de páginas y demás y de pronto ves a alguien, que no te gusta un pelo, se ha puesto a seguirte en instagram, o en facebook o en twitter. Y piensas: ¿qué mierdas hace este bicho aquí si no nos soportamos? BLOQUEAR. No echas insecticida porque no puedes. Y no te pasa con un bicho, no, te pasa con varios a lo largo del tiempo. Y es que además no sé si es que no piensan en que nos podemos dar cuenta de que están ahí, alcahueteando. ¡Por favor! ¡Que salta el chivato! Que alguna se nos pasará, no digo que no, pero otras veces es que canta mucho. A mi me ha tocado bloquear a una misma persona en mi facebook, en la fanpage, en twitter, en instagram ¡¡¡y hasta en linkedin!!! Por favor, qué insistencia. Quita, bicho.
Vamos a ver... si a mi una persona me cae como una patada en las tripas me sale del alma regalarle una triste visita. Ya puede escribir el mejor post de la historia del que todos hablan o yo qué sé... del secreto para conseguir un unicornio rosa con purpurina de carne y hueso. Me la pela. No voy a entrar y menos aún cotillear en sus redes sociales a ver qué información se puede rascar. Triste. Me parece triste y lamentable.
No hay duda de que todo esto merece la pena por el primer grupo. Por todas aquellas personas que están ahí, al otro lado de la pantalla, compartiendo experiencias, opiniones y puntos de vista. Los otros son grupos son la anécdota, el chascarrillo, lo que no tiene ninguna importancia. De verdad que ¡¡¡¡MIL GRACIAS AL RESTO!!!!!
buenos dias y muy buen post, y como bien dice deberiamos de comentar mas pero las falta de tiempo nos lleva de cabeza, y muy de acuerdo contigo hay veces que debemos de bloquear a gente que viene con piel de cordero pero son lobos...
ResponderEliminarEs entendible y perfectamente normal (bajo mi punto de vista) el no tener tiempo de comentar o incluso no tener ganas. En cuanto a las ovejas... al final son balidos sin sentido, tampoco hay que darles más importancia de la que tienen. A veces creo que es envidia pura y dura.
EliminarGracias por comentar y saludos!!!
Ayy Cristina me ha venido el post que ni pintao jajajja creo que si es con respeto siempre se puede comentar sin problemas pero molestar o humillar es asqueroso. No soporto el cotilleo y los programas de marujeo desde la infancia los dejé de ver, me da rabia esas ansias de darnos autoridad para juzgar y hablar de todo lo que hacen los demàs como si nada :S
ResponderEliminarYo creo que es muy humano el juzgar (es algo que un momento dado hacemos todos) pero lo que a mi no me mola es el despelleje en grupo. Me parece cobarde y miserable, así sin más.
EliminarBesotes guapa
Cuánta razón. Los trolls arruinan la sección de comentarios de un blog.
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