Alucino con las hordas de fans que surgen en torno a cuentas, blogs y perfiles con maternidades ideales, de sueños bonitos y de fotos preciosas. Madres siempre perfectas y con la sonrisa puesta; niños inmaculados sin un pelo fuera de sitio ni mancha de chocolate que estropee la estampa; hogares dignos de portada de revista de decoración.
Que no digo que no existan familias así de divinas. Esto como las meigas, que haberlas haylas. Pero que no es habitual y mucho menos sin ayuda es algo que en el fondo de nuestro cerebro sabemos todas. Pero oye, que hay muchas que se lo creen a pies juntillas y quieren ser como estos ídolos maternales y divinos. Cada uno que haga lo que le de la gana pero hoy os voy a mostrar mi maternidad, que lejos de ser divina se acerca más al hall de un psiquiátrico o de una leonera, según el día.
Madre perfecta, mujer perfecta... mmmmppfff qué decir... Mancha aquí o allá, la raya del ojo que se me escurre y parezco un mapache. Sonrisa sí, pero desquiciada el común de las veces. Y, sin hablar del aspecto, podemos hablar que nada que ver con estar siempre calmada, sin gritar, sin alterarme... Yo tengo sangre en las venas, no horchata. Y me caliento y me cabreo de vez en cuando y suelto cinco berridos aunque luego me tenga que disculpar. No me da miedo reconocer que soy persona y que me equivoco. Muchas veces, de hecho.
Yo, que parte de mi vida la dedico a este blog, que comparto muchísimas imágenes propias, a veces me vuelvo loca para poder seleccionar una triste foto. No hablemos de vídeos, que para eso no tengo paciencia ni tiempo. Claro que me esfuerzo en hacer fotos chulas, no lo voy a negar, pero para hacer una foto chula necesito echar 30 sin que: mis hijos cierren los ojos, saquen la lengua, se peleen entre ellos o hagan el mono.
Pataletas, enfados, caretos... 500 fotos después consigues una medio digna |
Y por supuesto de divinos nada. Que cuando el uno no va chocolateado entero va la otra con unos pelos de loca que parece que no la he peinado desde que vino al mundo.
Niños superideales y educadísimos que no dicen "esta boca es mía" ni aunque les preguntes frente a niños gritones que repiten una y otra vez "mamá-mamá-mamá-MAMAAAAAAAAAAAAA" y que siguen así en bucle hasta que dejas todo lo que estás haciendo para prestarles el 100% de la atención. Los míos son los segundos, por si había alguna duda.
Casas divinas... ya... cuando dejé de currar al nacer mi hija me pasaba el día entero en casa. La faena la hacía de madrugada, cuando todos dormían. Recogía, ordenaba, fregaba el suelo de casa al menos 3 o 4 veces a la semana... Para nada, todo hay que decirlo, porque 10 minutos después de que mis hijos se hubieran levantado esto volvía a ser el Séptimo Círculo del Infierno. Desde que volví a currar, con mucho menos tiempo, con niños que atender, con trabajo dentro y fuera de casa... si hago el lavado del gato a la casa ya puedo ir dando las gracias. Vamos, que con empujar con el pie los juguetes y hacer un pasillo para poder pasar sin romperme los cuernos me doy con un canto en los dientes.
Tardar 2 horas en recoger algo así y que a ellos les cueste 5 minutos volver a dejarlo todo tirado |
Lo único que se lleva medianamente al día es la ropa de los niños, más que nada que, o lo consigo, o necesitan un vestidor entero para que no se me queden sin ropa. Porque anda que no toca cambiarles de muda a lo largo del día.
Conste que no quejo, ¿eh? Bueno, de la casa a veces sí. Bueno, bastante. Pero de que mis hijos salgan de casa limpitos y aseados y a los 10 minutos en la calle tengan las manos como mecánicos de coche, neeeeeeegras como el carbón, con un hilo de roña en el cuello porque han estado jugando con arena, o con lamparones en toda la ropa porque se han revolcado vaya usted a saber dónde... pues estas cosas me llenan de plenitud, qué queréis que os diga. Porque sé que están siendo niños, que están disfrutando y punto pelota. Yo siempre llevo una muda extra y toallitas en la bolsa por si luego hay que ir a algún sitio para que vayan dignos y que no me pongan de guarra.
Que por muy ideal que me quieran vender una maternidad limpieza y niños no van cogidos de la mano más que un rato. Niños y orden se repelen como intentar unir los mismos polos de un imán. Y paz, calma, serenidad y demás a veces, A VECES, cuando por fin se van a dormir. ¿Pero sabéis qué? Que me quedo con mi casa de locos, los chillidos de todos, las risas histéricas, niños dando mal a todas horas y que cuando me canso de ver todo por medio salimos por la puerta y nos vamos a la calle, al parque, con las bicis o donde sea. Me quedo con mi casa de locos porque el tiempo que no paso disfrutando con mis hijos no lo puedo recuperar y sobre todo porque me encanta los cientos de fotos de sus trastadas y con niños de caras sucias pero felices.
Reconozco que cuando alguien me dice "pues yo también he tenido hijos y lo tenía todo como los chorros" me sale un extraño tic en el ojo. ¿Tu maternidad es ideal? Me encantaría saber cómo lo haces realmente. Porque o no se duerme y se limpia por la noche, o no entran los niños en casa, o si entran los tienes idiotizados con consolas, tablets o lo que sea, o si limpias con niños en casa no es posible que los atiendas ni juegues con ellos. Algo hay que no me cuadra.
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Yo hace tiempo que digo que mi casa no es una casa sino un happy park... El comedor entre la cocinita, la casa de la niña, las construcciones, muñecos y demas solo tiene pinta de comedor uno de cada quince dias. El tema limpieza... Pues de esa manera, si estoy de buen humor limpio durante el dia y le doy a la peque cosas hacer y asi "limpiamos" juntas y ella tan feliz, aunque significa que una cosa que haria en diez minutos tardo tres cuartos de hora. Y sino... Pues o por la noche cuando ya duerme o que quien venga cierre los ojos.
ResponderEliminarEl tema de los blogs de madres perfectas me encantan, por eso de ver aquello que yo no voy a conseguir en mi vida, tipo cotillear el hola y las casas de los famosos. Aunque reconozco que ultimanente que estamos en plena adoslescencia y mi paciencia parece haberse ido de vacaciones me hacen sentir un poco malamadre y los tengo algo abandonados para no hacer mas sangre en mi conciencia.
Pero como bien dices mejor disfrutar de ellos que ser "perfecta".
¿Pero realmente crees que es real? Porque yo por mucho que lo piense, ni aun sin trabajar fuera de casa lo veo posible a menos, claro, que cuentes con ayuda. Cualquier niño tarda cero coma en convertir una casa en una catástrofe natural.
EliminarLo de la adolescencia... a mi aún me queda pero reconozco que me da miedo. Yo creo que lo mejor es utilizar la empatía y recordar cómo nos sentíamos nosotras, igual así somos capaces de acercarnos un poco a su postura.
Mucha suerte!!!