Para las tardes tontas en las que no podemos salir a la calle o no sabemos qué hacer podemos hacer una manualidad con los peques con la que pasaremos un rato muy entretenido y daremos rienda suelta a su creatividad: decorar tazas con esmalte de uñas.

Lo único que vamos a necesitar son unas tazas de cerámica blancas y esmalte de uñas de los colores que queramos o que tengamos por casa. En mi caso las tazas eran unas que tenía por casa y son de Ikea, de las de 0,79€, así que ya veis que barato sale. Si no tenéis tazas en blanco seguro que en cualquier bazar también tendrán muy baratitas.

Cada una conoce a sus hijos mejor que nadie y sabe qué indicaciones tiene que darle para ayudarles con la manualidad. Yo simplemente les pedí a los míos que no cogieran medio bote en cada pincelada, sino que escurrieran un pelín el pincel y que si era necesario que repasaran. Que los conozco y los míos son de volcar el bote entero.

Y no tiene más... rienda suelta a la imaginación. "Ahora el verde, mamá", "yo quiero el rojo", "ahora dame a mí el de purpurina"... y así... Adri ha llegado a usar un esmalte con efecto craquelado, que se cuartea al secar y da un aspecto distinto y la verdad es que me gusta mucho el resultado. 

No tengáis miedo a las gotillas que puedan caer en la mesa porque con algodón y quitaesmalte se va enseguida. 

El resultado es que tenemos unas tazas muy originales, con diseños únicos y oye, si los peques le regalan a los yayos unas tazas pintadas por ellos mismos pues imaginad la emoción. O no para regalo, para que los peques tengan su taza personalizada para los desayunos y meriendas. ¡Menudo orgullo!

¿Qué os han parecido? ¿Os animáis a hacer alguna?

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