Hace tiempo que tendría que haber hablado de esta asociación a la que tengo el orgullo de petenecer, pero mi tiempo es muy limitado y Lactancia en Libertad se merece las mejores palabras que les pueda dedicar.
Todo empezó con esa mamá que fué expulsada del Primark de Valladolid por estar dando el pecho a su hijo mientras realizaba sus compras. A partir de ahí hubo una revolución de madres y padres dispuestos a gritar a los cuatro vientos que semejante injusticia no era posible. De pronto, vía facebook me vi metida de lleno intentando organizar la concentración de Zaragoza. Menos mal, que conté con la maravillosa ayuda de la matrona del centro de salud del Arrabal que me ayudó muchísimo a difundir el evento, al igual que Mamis y Bebés . Mil gracias chicas.
De la forma más "tonta", vía facebook y whatsapp esas mamás que nos unimos por Primark nos dimos cuenta de que había que luchar por la lactancia y, sobre todo, por normalizar la lactancia en público, así que nos movilizamos para crear la Asociación Lactancia en Libertad. No ha sido un camino de rosas ya que no nos conocemos en persona, somos todas muy distintas y todas mujeres de armas tomar y la palabra escrita no tiene entonación, lo que a veces da lugar a malentendidos. No estamos todas las que empezamos, pero es lógico y normal. El crear algo tan grande como es esta asociación nos supone a todas un enorme trabajo extra (por si ya no teníamos bastante con nuestros hijos, casa, trabajo, obligaciones...), supone quitarnos horas de sueño y horas a los nuestros organizando eventos, preparando papeleo, escritos, estudiando leyes y mil cosas más.
En los pocos meses que llevamos juntas hemos conseguido cosas muy grandes, como que la marca Danone nos llamara y se disculpara por anunciar leche de fórmula tipo 1 o que Leroy Merlin hiciera hasta una norma interna donde se especifica claramente que no se puede incomodar a una madre que esté lactando. Y la más grande, que el Ayuntamiento de Bilbao haya confirmado el derecho a la lactancia en cualquiera de los edificios dependientes de él.
Tenemos un largo viaje por delante hasta alcanzar lo que más anhelamos: una ley que proteja la lactancia en público. De momento nuestro día a día es denunciar cada caso discriminatorio que nos llega y normalizar algo que ya debería ser normal. A título individual yo llevo mi lactancia como estandarte, alimentando a mi hija donde sea que lo necesite, y desde hoy con mi bolsa de la asociación con su claro mensaje. ¿Quieres una? Puedes comprarla aquí y ya de paso hacerte socia y ayudarnos con la causa.
PD.- Chicas, sois muy grandes todas y unas heroínas. Os quiero!!!
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